Ain Beni Mathar, en la
región Oriental de Marruecos, junto a la frontera argelina, tiene más de 300
días de sol al año. El lugar idóneo para una central solar térmica de ciclo
combinado. Una oportunidad para un país, Marruecos, que importa el 97 por
ciento de la energía que consume.
“El principio es que
se trata de una central con dos sistemas, dos turbinas a gas, dos calderas de
recuperación, una turbina a vapor y dos líneas de producción y distribución de
energía. El vapor proviene de dos fuentes, el gas natural como en un ciclo combinado
normal, y el que se genera en el campo solar. Todo el vapor concentrado,
converge al mismo tiempo en la turbina que produce la energía eléctrica”,
señala su director, Nour Eddine Fetian.
La instalación de 470
MW (megavatios) alcanza una producción anual media de 3.538 GW/h
(gigavatios/hora), suficiente para cubrir el 14 por ciento de la demanda
energética. La central utiliza el gas natural del gasoducto Magreb-Europa.
“El ciclo combinado
permite recuperar la energía del gas que todavía está en el punto de escape
para producir el vapor” —indica Nour Eddine Fetian—“símplemente, el gas entra
en una caldera de recuperación. Esta caldera, a su vez, está alimentada por el
agua que le permite producir vapor a través de los intercambiadores térmicos.
Este vapor alcanza ciertos parámetros de temperatura y de presión para llegar a
la turbina, donde converge con el vapor producido en el campo solar para
(alcanzar la turbina) producir la energía eléctrica, a través de este
mecanismo”.
El sistema de
refrigeración es innovador. Estos generadores gigantes son aerocondensadores
que permiten reducir el consumo de agua en un 80 por ciento, hasta menos de un
millón de metros cúbicos al año.
“Como trabajamos en un
circuito cerrado, hay que condensar el vapor que se encuentra en la turbina. Y
por eso necesitamos un sistema de refrigeración. En esta central se trata de un
sistema de refrigeración en seco que permite la reducción al máximo del consumo
de agua. Se trata de un intercambiador aire-agua. A través de estos ventiladores
se capta el aire fresco que se inyecta en el intercambiador para condensar el
vapor, recuperar el agua y reiniciar el ciclo otra vez. Lo más importante es
que se reduce el consumo de agua de una forma muy, muy importante”, comenta
Fetian.
El campo solar ocupa
88 de las 160 hectáreas del emplazamiento. Los 3.688 paneles son
cilindro-parabólicos que siguen el movimiento del sol.
Ain Beni Mathar marca
el camino que continuará con otras cinco grandes instalaciones de este tipo que
tendrá Marruecos.
“Aquí tenemos este
diseño parabólico, que permite a cada parábola seguir exáctamente el movimiento
del sol para maximizar la insolación. Los rayos solares se reflejan
inmediatamente hacia aquel nivel, donde observamos esos tubos especiales por
los que circula aceite. Un aceite que recupera al máximo la energía procedente
de los paneles que pasa seguidamente en forma de calor hacia la caldera de
recuperación”, explica el director de la central.
Esta central, construida por Abener, la filial
energética del grupo español Abengoa, permite a Marruecos ahorrar 12.000
toneladas de fuel al año y evitar la emisión a la atmósfera de 35.000 toneladas
de dióxido de carbono CO2.
Fuente: euronews